La mayor de las Pitiüsas, lejos del trepidante ambiente noctámbulo, ofrece una vertiente mucho más sosegada, que se enmarca en un paisaje tranquilo y de relajada belleza rural.

Casi todos los senderos que hoy son transitados por quienes recorren a pie los más recónditos rincones de Ibiza, fueron antaño sendas utilizadas por leñadores, carboneros o moradores de las montañas, que, sin saberlo, estaban facilitando el disfrute a cuantos hoy en día recorren el corazón natural y tantas veces inédito de la isla.

Algunas recomendaciones para hacer del paseo una experiencia más agradable y segura. 

1. Es recomendable decirle a alguien qué recorrido va a hacer. No confíe sólo en el teléfono móvil ya que puede no tener cobertura o agotarse la batería.
2. Infórmese bien sobre el trayecto, grado de dificultad, distancia, desnivel, etc. Mejor si la primera vez lo hace acompañado de alguien que lo haya hecho antes. Tenga en cuenta las horas de luz que tendrá disponibles.
3. Lleve la ropa adecuada según la época del año. Procure llevar ropa de recambio, le será útil para sustituir la que esté sudada, o para abrigarse en caso de que refresque. Si el tiempo es inestable lleve una ‘capolina’ o un chubasquero.

4. El calzado es muy importante, tiene que ser cómodo y adecuado. Existe mucha variedad en el mercado dependiendo del tipo de terreno, seleccione el que más le convenga. Nunca lleve calzado de calle.

1. 5. Lleve alguna fuente de luz por si le sorprende la noche; una linterna, un frontal, una luz de gas…
2. 6. Si ha de caminar por la carretera circule por su izquierda y lleve prendas refractantes.
3. 7. Lleve comida y agua de sobra. Son recomendables los alimentos muy energéticos, chocolate, frutos secos, plátanos. El agua es muy importante, especialmente en verano. No confíe en las fuentes que pueda encontrar en la excursión, pueden estar secas o no ser de agua potable. No beba de aljibes de regadío, el agua puede contener productos químicos.