POBLADO FENICIO DE SA CALETA
Está enclavado en una pequeña península llana conocida como sa Mola de sa Caleta, entre la playa de es Codolar y el puig des Jondal, en el municipio de Sant Josep de sa Talaia, al sur de la isla. Estuvo habitado durante cuarenta o cincuenta años y llegó a tener una población de alrededor de trescientas personas. Su trazado urbanístico ocupaba unas cuatro hectáreas, y se componía de gran número de unidades arquitectónicas que vistas en conjunto conformaban una trama.
Callejuelas estrechas con plazas pequeñas e irregulares
De todo ello quedan restos que nos rememoran a este pueblo exquisitamente hábil en el cincelado de metales. Callejuelas estrechas, plazas pequeñas e irregulares (en una se conserva la plataforma de un horno comunal de pan), y la combinación de estructuras arquitectónicas muy distintas, lo convierten en un monumento único en todo el Mediterráneo.
Un ejemplo de esta diversidad es el llamado ‘barrio sur’. Lo forman un total de ocho construcciones de distintos tamaños y formas: de una, de dos, y de tres estancias, yuxtapuestas o alineadas a lo largo. Hay alguna especialmente grande, de siete habitaciones repartidas en una planta prácticamente rectangular.
Es muy posible que alguna sirviera de almacén para guardar la sal, recogida en los estanques cercanos de las salinas. Según algunos estudios, sa Caleta pudo ser un punto de enlace en la larga ruta desde el famoso puerto fenicio de Tiro hasta Cádiz.
Pero a principios del siglo VI a.C. sus habitantes abandonaron el poblado para trasladarse a la bahía de Ibiza, un lugar mucho más cómodo para vivir, y fundaron la que hoy es capital de la isla.
En el lado izquierdo de sa Mola de sa Caleta hay un pequeño puerto de pescadores, que probablemente crearon los mismos fenicios. Es muy agradable y siempre tiene buen ambiente.
Para llegar a Sa Caleta desde Ibiza capital hay que tomar la carretera que conduce a Sant Josep.
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