Con una brillante trayectoria como guitarrista y compositor, dos pilares fundamentales sustentan su vida: su familia y la guitarra. En este sentido, Manuel Diaz (Valencia, 1950) hijo de guitarrista y de formación autodidacta en sus inicios para pasar a formar parte de los estudiantes de la Berkley Music School, se considera un privilegiado.
 
¨Estoy contento de haber trabajado y pisado escenarios con músicos de talla internacional¨  pero eso no compite en importancia con su vida personal. Ya fue guitarrista de Bruno Lomas, trabajó durante tres anos con la banda de la cantante Muriel Fowler – hermana del Bernard Fower corista de los Rolling- acompaño al famoso reggaero Eddie Grant, o compartió escenarios y proyecto musical con autores de la talla de  Raimundo Amador, JavierVargas (Vargas Blues Band), Ariel Roth, Carlos Segarra, Loquillo,Nacho Garcia Vega entre otros por hablar de artistas reconocidos por un público masivo.

Tan estrecha colaboración con algunos de ellos quedó recogida en la grabación y gira Palabra de guitarra (Swin,1995) en la que cada guitarrista hace una relectura de un tema con la premisa de que solo la guitarra será la protagonista, en el caso de Manuel Diaz " Message in a Bottle" (The Police, 1979 ). Y es que Manuel Díaz admite preferir un directo a una grabación ya que"una buena actuación en vivo no tiene trampa ni cartón" para él la música está hecha para sentir en una constante retroalimentación entre oyente/público y artista. Así reflexiona sobre el gran giro de la música en la época actual.

Debido a la introducción de las nuevas tecnologías en la música, muchos profesionales del sector se resintieron cuando sintetizadores y sampleados que sonaban igual que muchos instrumentistas juntos limitaban la necesidad de músicos en las giras.

Por otro lado, según nuestro guitarrista, la venta de cds cada día se hace más limitada, al entrar en una tienda de música hay tanto que no se sabe que comprar. Las nuevas tecnologías no solo han abaratado el proceso de producción y distribución sino que han permitido el acceso a la creación musical de personas que en principio no se definen como músicos o no únicamente como eso.

En este mundo posmoderno del consumo rápido de información encontramos el fenómeno del DJ como resultado de tal hibridez lúdica. En este sentido Manuel Díaz nos presenta una ontología ecléctica: aunque se nutra de la música afroamerica (presume de tener influencias tanto de músicos como Wes Montgomery, George Benson, Larry Carlton, Jon Scolfield, así como del Soul.

R&B o Gospel – este verano acompañó cada domingo en el teatro Pereira a la cantante Kim Mazelle) siempre se ha visto llamado a explorar otros estilos musicales, por eso ha compartido escenario con Joan Ribas y Miles Art Orquestra House o Roger Sánchez (Guajira), DJ Pipi (Solea). Además este verano lo hemos escuchado en Manumission de Amnesia.
 
Este eclecticismo musical nos hace ojear su discografía generosa, en estilos e indagaciones, como la información que nos va brindando de forma fluida en la entrevista.   Mientras nos habla abrimos por ejemplo, el cd número dos de la elegante edición de The Blue Bar (2005) un local londinense, ciudad en la que vivió y formó parte de la Bad Boy Soup, para pasar después al recopilatorio Bambuddha Groove the Arrival ( producido por Lenny Ibizarre, 2001) del que también forma parte.
 
¿Ahora, en qué estas trabajando?
Estoy a caballo entre Ibiza y Valencia. Acabo de llegar de Lisboa de tocar en el Convento do Beato en un evento para el Rock&Rio del 2008 donde he acompañado a la cantante Kim Mazelle en concierto. El día 15 actuaremos en Madrid.
La voz firme y aterciopelada de Manu Diaz parece que quisiera rivalizar en precisión y entrega con el fraseo impecable y sincero de su guitarra. Como sinceras y llenas de sabiduría son las palabras de Manu en una tarde soleada y amable con el mar de fondo de nuevo enmarcando una entrevista. Un mar azul y sereno como sus ojos de niño curioso y al tiempo sin vacilación. Como aquellos barcos hercúleos que se ven amarrados siempre a puerto pero dejándose mecer por el leve oleaje. En la quietud del movimiento, en el saber mecerse suavemente con la tranquilidad que te da una vida plena y vivida con sinceridad esta la clave para dejarse crecer siempre por dentro.