De las tradiciones de Ibiza y Formentera destaca el colorido y la vistosidad de los vestidos así como la gran pureza y originalidad de las prendas. Las mujeres se cubrían la cabeza con pañuelos de seda amarillos o estampados generalmente con colores dorados. El lazo de cola puede ser de diversos colores: Rosa, para la mujer soltera; Verde, para la prometida; Azul, para la mujer casada y Negro para la viuda.

El vestido blanco o de novia se compone de varios refajos, un jubón, el delantal, un mantón y un pañuelo en la cabeza. Se acompaña de varios collares y semi collares de oro y una cruz (con su collar de oro correspondiente). Las mangas, con botones de oro y pendientes de filigrana, más los veinticuatro anillos que regalaba el novio.

El vestido de Gonella  está compuesto por un refajo, un jubón de lana negra tejida con mangas de satén bordadas con plata y con cintas bastante coloridas, el delantal dorado y bordado, un mantón y el pañuelo de encaje que se apaña con la cola, todo acompañado por un sombrero negro de fieltro de ala ancha. Las cintas que llevaban colgando también daban una idea del número de pretendientes.

El traje de color es el más moderno, por lo que en algunas ocasiones se llama traje actual. Hasta hace pocos años era habitual en Ibiza y Formentera encontrarse con mujeres ataviadas con este traje (muchas de ellas vestidas de negro debido a la edad y al riguroso luto que ha sido costumbre en Ibiza). Con frecuencia las mangas del jubón son postizas, de velludo damascado, generalmente verde, marrón o azul. En la cabeza pañuelo de seda amarillo o estampado generalmente con colores dorados.

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