En tiempos de mucho
estrés y agotamiento físico tomarse un descanso ayuda a reducir tensiones en el
trabajo, mejora la sensación de bienestar, aumenta la vitalidad, reactiva los
reflejos, mejora nuestro grado de atención, incrementa la eficacia de nuestro
trabajo y disminuye el riesgo de accidentes cardiovasculares.

Una siesta rápida aporta relajación. Estudios revelan
que los niveles de las hormonas de estrés son más bajos en las personas que duermen
siesta que en las que no lo hacen. También aumenta los estados de alerta y la
productividad, aporta energía y mejora de manera considerable la eficiencia en
el trabajo. Los científicos han demostrado que dormir una siesta de
aproximadamente 20 minutos, después de 8 horas de haber despertado, es más
beneficioso que continuar durmiendo otros 20 minutos por la mañana.

De acuerdo con los investigadores, una siesta al
mediodía mejora la memoria, el aprendizaje y reduce el riesgo de muerte por
enfermedades del corazón especialmente en hombres jóvenes y sanos, además  estimula la necesidad de realizar deportes; un
cuerpo descansado garantiza  ejercicios
más rápidos y eficientes. El descanso y la relajación estimula las facultades
cognitivas, las personas tienden a tener más imaginación tras una siesta ya que
esto permite que el cerebro asocie las ideas que quedaron sueltas y abre
caminos para una mayor creatividad. Un breve descanso elimina la necesidad de
consumir cafeína y aumenta productividad laboral. También garantiza una reserva
de energía para enfrentar mejor el final de la jornada, lo que permite que se
puedan realizar otras actividades después del trabajo.

Por
Inés Sosa

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