Las reserves marinas son figuras de protección a través de las cuales se regulan los usos y la explotación del medio marino, para incrementar la regeneración natural de los recursos y conservar los ecosistemas marinos más representativos. En el ámbito de las reservas existe toda una serie de limitaciones de actividades y se establecen zonas de protección especial donde se restringe totalmente la actividad extractiva.

Desde el Govern Balear se ha ido impulsando progresivamente una serie de medidas de gestión como la contratación de equipos de vigilantes y la adquisición de lanchas neumáticas para controlar las actividades, y las labores de seguimiento científico. 

Actualmente, hay dieciséis vigilantes y seis barcas repartidas por las diferentes reservas marinea de las Islas Baleares. Además, hay cuatro inspectores con una patrona y una embarcación que llevan a cabo labores de vigilancia por toda la isla de Mallorca, y dos inspectores y una embarcación en cada una de las islas de Menorca, Ibiza y Formentera. 

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