La cosecha narrativa del Joan Castelló 2006

 

‘Éssers absurds’ de Joan Amorós, y ‘Eternament provisional’ de Emma Segura, ganadores del premio de narrativa breve.

Las mejores novelas de la temporada, las que indican el camino a seguir, son ‘Nocilla dream’ de Agustín Fernandez Mallo y ‘Ketchup’ de Xavi Gual. No es misión de los premios de narrativa Joan Castelló encontrar el mejor texto del año, sino intentos más o menos exitosos de hacer literatura.

 

El texto de Segura es una larga evocación –sin hilo argumental aparente– de una chica que pasea su melancolía a lo largo de unas cuarenta páginas. Por su parte, Joan Amorós afina un poco más con su colección de relatos y, como diría un cronista deportivo, “apunta maneras”.

 

“Eran historias que tenía guardadas en casa y un día decidí publicarlas porque todas ellas tenían un tema en común”. El hilo conductor es la frustración vital de sus protagonistas, víctimas de sus deseos no realizados. “Habla de los comportamientos humanos. De las pequeñas decepciones cotidianas”.

 

Joan nació en Xàtiva hace 32 años, lleva seis entre nosotros y es profesor de escuela –los valencianos que vienen en invierno están en las escuelas, los que vienen en verano en el Bora Bora–.

 

‘Éssers absurds’ es su primer libro. Manifiesta los pecados típicos del escritor primerizo –ese narrador omnisciente que todo lo sabe, una voz que enseña en vez de sugerir–, sin embargo demuestra una voluntad de estilo y un ingenio en la resolución de las historias que demuestran que Amorós, además de escritor, es, sobretodo, lector: “Me encanta Quim Monzó. Es mi modelo como escritor”, admite.
 
El libro se lee con facilidad y es ameno. En mi opinión –personal e intransferible, claro– el mejor relato es ‘Invisible’, una fábula agridulce sobre la sensación de ser ignorado por todo el mundo. “A todos nos ha pasado, ¿no? A veces parece que ni existas. Esto les pasa a las personas que no les gusta hacerse notar. A eso le llamo el ‘síndrome del árbitro de futbol’”.

 

Ignoro si a Joan le pasa lo mismo, o si liga más desde la publicación del libro, que provoca una sonrisa y se lee de un plumazo. Un primer paso.