Como ya sabéis el pasado día 24 de abril se encontraron dormido para siempre en la caravana que había sido su hogar durante muchos  años a Xevi Collellmir.

Unas horas antes había estado bailando, riendo y repartiendo su profesionalidad y alegría con sus amigos de la escuela de Clowns…

Xevi era toda una institución en esta isla. Cada verano, desde hace quince años, la gente de Ibiza disfrutó de su talento en el puerto: era un genio en sus imitaciones de los viandantes y su sentido del humor era como él, sutil, preciso, delicado. En la Escuela de Clowns siempre estuvo feliz, ayudando a los menos experimentados en desarrollarse y crecer. Para Xevi, el clown lo era todo. Para ellos Xevi era un gran amigo, solitario, independiente, pero siempre presente.