Antiguamente, el día 29 de abril se bendecían los ramos de olivo y la gente los iba a poner por los campos y por las viñas, para que les protegiese de los rayos y granizadas y para que hiciese las cosechas abundosas. También llevaban ramos de romero,
frigola, hinojo y otras hierbas aromáticas, que aumentaban su virtud ordinaria y cobraban fuerza sagrada por efecto de la bendición. Los ramos eran puestos detrás de las puertas de todas las casas y de los postigos de balcones y ventanas, para que guardasen la casa de brujas y de rayos y de malos espíritus.
Los ramos se colgaban y ataban a una caña, de manera que formasen una cruz y los plantaban por los campos y por las tierras de cultivo para que los liberasen de granizadas y de los efectos de los rayos y de la tormenta en general.
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