La exposición ‘17 quadrats’ de José Carlos Bonet Vallribera puede verse en la antesala del salón de plenos del Ayuntamiento de Eivissa. Todas las obras seleccionadas han sido realizadas en los últimos dos años, motivo por el cual mantienen una gran unidad de estilo. La policromía más que verse se intuye, a causa de la composición de placas de madera pintada y encuadernada. La muestra responde a la economía expresiva que revisita los preceptos del minimalismo y otras vanguardias.

José Carlos Bonet Vallribera es autor plástico, autodidacta y polifacético. Su obra ha hablado siempre por sí misma. En la Escuela de Artes y Oficios de Ibiza estudia Arquitectura Interior y se diploma como interiorista en 1992. Aprovecha los conocimientos y técnicas adquiridas para volver a dedicarse a su gran pasión. En julio de 1992 realiza su primera exposición individual en la Galería Metrópolis de Ibiza. Desde entonces prosigue su camino artístico. Basa su método en la experimentación, como demuestra su itinerario creativo, en constante desarrollo. Su obra muestra una permanente evolución, que se percibe tanto en la incesante investigación de materiales, como en la investigación de sus valores plásticos. Ha ensayado varias técnicas artísticas: el grabado, la escultura y la pintura, encontrándose también cómodo en la construcción de obras ambientales efímeras, en diálogo con el espacio, donde con luz de neón explora las posibilidades de transformación sensible y anímica.

 “Es un artista que a lo largo de toda su carrera creativa ha demostrado una coherencia que muchas veces es difícil de encontrar. Ahora mismo está trabajando con una serie de materiales y una estética completamente minimalista que creo es muy relevante”, ha apuntado el Concejal de Cultura, Pep Tur.

Por su parte, la directora del Museu d’Art Contemporani, Elena Ruiz, ha dicho que hay que hacer un esfuerzo de penetración en las obras de Bonet Vallribera para ver qué late y que quiere decir con ellas. “Utiliza la forma del cuadrado, que es una forma muy pitagórica y que está presente como símbolo universal en casi todas las trayectorias o pensamientos filosóficos. El cuadrado se apoya sobre los cuatro lados, es una forma fuerte y sólida. Las obras transmiten sensación de armonía y estabilidad porque están muy bien secundadas y construidas”. Ruiz ha destacado además la importancia de la utilización del color, casi restringido a monocromáticos, y de la luz.

El autor ha explicado que últimamente lo que hace es “intentar investigar con materiales nuevos, de construcción, y establecer un diálogo entre la pintura, la escultura y el objeto. Básicamente es un diálogo entre opuestos; la calidez que tiene la madera y otros materiales como el metacrilato o el policarbonato”.

La exposición permanecerá expuesta en la Antesala del salón de plenos hasta el mes de agosto de 2021.

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