El poder de la curación lo tenemos todos. Nuestra propia energía nos da o nos quita. Las tensiones del día a día, el stress, la falta de amor hacia uno mismo y la perdida de seguridad en el propio ser es lo que no nos deja ver ni sentir la vida de manera más fácil.

Algo tan sencillo como es la energía de los elementos, muchas veces ni sabemos ni queremos valorarlos. La energía de los elementos (Agua, Tierra, Aire, Fuego) está en constante contacto con nosotros.

Nos permite equilibrar bloqueos emocionales y dar la oportunidad a la persona de crecer emocionalmente, aprendiendo a sentirse y a quererse de la forma más natural que existe, llegando a contactar con su propia interioridad. Como dato curioso, mencionar que el origen de la primera célula viva perteneció al mar. Esa alga unicelular tenía ya los elementos minerales que hicieron posible la riqueza de nuestro planeta. El organismo humano siguió esa huella. Nuestro plasma sanguíneo posee los mismos elementos que el agua de mar y exactamente la misma concentración. 

Hay veces, la mayoría de ellas, que lo que no tenemos ante un malestar o enfermedad tanto sea a nivel espiritual como material es tiempo. Cuando uno llega a poder sentir su propia energía y recupera su magia es cuando está en situación de decidir si quiere seguir estando mal… o te das la oportunidad de cambiar.

por Beto Cerullo

Director de IBIZAMASSAGE.COM

GUÍA PARA PERDERSE EN LA 
VIDA ARTÍSTICA DE IBIZA

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El poder de la curación lo tenemos todos. Nuestra propia energía nos da o nos quita. Las tensiones del día a día, el stress, la falta de amor hacia uno mismo y la perdida de seguridad en el propio ser es lo que no nos deja ver ni sentir la vida de manera más fácil. Algo tan sencillo como es la energía de los elementos, muchas veces ni sabemos ni queremos valorarlos. La energía de los elementos (Agua, Tierra, Aire, Fuego) está en constante contacto con nosotros.

Nos permite equilibrar bloqueos emocionales y dar la oportunidad a la persona de crecer emocionalmente, aprendiendo a sentirse y a quererse de la forma más natural que existe, llegando a contactar con su propia interioridad. Como dato curioso, mencionar que el origen de la primera célula viva perteneció al mar. Esa alga unicelular tenía ya los elementos minerales que hicieron posible la riqueza de nuestro planeta. El organismo humano siguió esa huella. Nuestro plasma sanguíneo posee los mismos elementos que el agua de mar y exactamente la misma concentración.

Hay veces, la mayoría de ellas, que lo que no tenemos ante un malestar o enfermedad tanto sea a nivel espiritual como material es tiempo. Cuando uno llega a poder sentir su propia energía y recupera su magia es cuando está en situación de decidir si quiere seguir estando mal… o te das la oportunidad de cambiar.

Beto Cerullo
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