Habitantes que últimamente andan a la carrera preparando el concierto de la Sinfónica de Ibiza el domingo de tarde. Bizet, Sibelius, Ravel: un viaje musical que comenzará en el XIX para dejarme a las puertas del siglo XXI a la vera del mar, en la ecléctica Santa Eulalia, por lo que a microcosmos cultural se refiere. La música siempre buscó nuevos caminos de expresión y el Blues, legitimado como género contemporáneo universal, nunca dejó de ser la voz visible del marginal pero también la verbalización a corazón abierto de amores y desamores, de sueños realizados y sobre todo de aquellos que se nos escaparon de las manos. Por eso la tarde del Guaraná en Santa Eulalia, con el Blues como bandera será ineludible. Se inicia con  Blues Dave Band seguido de Norberto Rodriguez  y sus composiciones. Si este músico caribeño ya nos hace un nudo en el estómago con la sensibilidad de sus solos mezclado con la fascinación de su virtuosismo, ya no os cuento el viaje emocional que puede provocarnos escuchar sus composiciones, terminando como está su próximo disco. 

El Izay con su The Lost Mountain Orquestra me dará el toque de gracia para irme a dormir y despertar con ausencia de notas y mi diario de bitácora rozándome la yema de los dedos.

Lunes, martes, miércoles como siempre “Iré al Pereyra” me espera el trío de Jazz de Allan Christie (guitarra y  voz) , Vitorio Cabalcante (percusión) y esta semana Rafa Garcés (saxo y piano) sin sustitutos necesarios. De jueves a sábado, de momento, la salsa sigue haciéndome cosquillas en los pies con Heriberto Cruz.

De todos modos el miércoles tengo una cita…cenaré en el Ke Kafé con Victor Gressely (piano) entre autores musicales y gastronómicos. El sábado tendrá que disculparme la gent de Villa que cenaré por San Carlos, en el Samsara. Una Life Jam con Miko and his Gang entre plato y plato: creaciones en directo acústicas y gustativas. Después iré al Itaka que Pilar no perdona ni una noche. Además los fines de semana Luis García entre bromas y risas dejará volar sus dedos vertiginosos por ese teclado que ya se vio mimado por muchos, sin perder su buen gusto interpretativo. El repertorio dependerá de la energía del local. Nos despedimos pues con otro viaje por entre los imaginarios de los intérpretes que pueblan esta isla. Por ellos es que cada noche decidida me echo a la calle.

GUÍA PARA PERDERSE EN LA
VIDA ARTÍSTICA DE IBIZA