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AGUA: UN BIEN ESCASO
Si en una isla, que debe autoabastecerse de sus propios recursos hídricos, le sumamos un régimen de precipitaciones irregular y además un aumento drástico de la densidad de población durante los meses de más sequía, así como un incremento notable de la ocupación del territorio, obtendremos una situación de nuestros acuíferos difícil de mantener.
La intrusión marina es la primera causa de contaminación de los acuíferos costeros, debido a diversas causas, aunque una de las más importantes es la sobreexplotación de las reservas subterráneas.
Los acuíferos son estratos de terrenos porosos que se encuentran llenos de agua y que se van recargando de forma natural cuando se infiltra agua de lluvia. El ritmo de estas recargas es muy lento y a causa de la sobreexplotación de agua no damos tiempo a que ésta se realice correctamente. En zonas costeras además, el principal problema es que el exceso en el bombeo hace que el agua de mar llegue a la zona freática y salinice los pozos, volviéndolos del todo inservibles.
Pero esto lo hemos “solucionado” con desalinizadoras que, a parte de tener un impacto visual y ambiental en la zona, constituye un gasto de energía enorme, por lo que no supone una solución definitiva ni sostenible. De todas formas, debe decirse que también en el campo de la desalinización se han hecho avances de I+D, ya que se están probando las primeras plantas que funcionan con energía solar. Pero esto no soluciona la causa principal del problema: la sobreexplotación.
Hay diversas formas de afrontar la intrusión marina: redistribución de bombeos, recarga artificial, etc.. pero para ello lo primero es disponer de una buena gestión desde las administraciones públicas. Aunque, visto el poco interés suscitado por la noticia de la extracción masiva de agua potable en las autovías (Diario de Ibiza, 24-09-08), no parece que a nuestras instituciones les quite el sueño.
Per Carme Ramis