TODA NUESTRA HISTORIA CABE EN EL NUEVO ARXIU.
Entre las paredes de Can Botino están guardados ocho siglos de vivencias entre los que perdura la huella del archivero Isidor Macabich.
Me atendió Fanny Tur –que desde entonces, es para mí la ‘archivera mayor del reino’– que apareció caminando casi de perfil entre dos columnas de ficheros del antiguo archivo municipal. Recuerdo los anaqueles repletos de carpetas, libros y periódicos antiguos, muchos de ellos con un dedo de polvo. Fanny me comentó que en un futuro cercano se trasladarían, que las instalaciones del ayuntamiento estaban muy bien cuando se inauguraron, pero que ahora habían quedado pequeñas. Era necesario crecer.
El Arxiu ha crecido, ¡y de qué manera! Hay que venir. Os lo digo en serio. Entre estas paredes están guardados ocho siglos de historia. Documentos medievales –todos conservados en condiciones óptimas de temperatura y humedad- que nos hablan de la administración municipal de la ciudad, de la justicia -o lo que es lo mismo, porqué mataban, robaban o mentían nuestros antepasados- y de mil pequeños aspectos de la vida cotidiana que son los que construyen la amalgama de la historia.
Pero, sobre todo, mi pasión es consultar las hemerotecas. Muchas de ellas están digitalizadas y se consultan con gran comodidad. Y, atención, os podéis encontrar revistas como El Coco de Ibiza –de 1893!– , la Unión Republicana –de 1900 a 1904, pionero de las ideas avanzadas en Eivissa- o El Agricultor –de 1905 a 1907, o los temas que ocupaban a los payeses de la época–.
También es muy recomendable consultar la prensa que cubre el trágico verano de 1936 y los vaivenes ideológicos que siguen las diversas cabeceras, o consultar los programas electorales y las arengas de los partidos de aquella época -con tics que aún se repiten muchos y muchos años más tarde-.
El Arxiu guarda y muestra, pero también restaura documentos antiguos como el Llibre del Claveri (1373) o el Llibre del Escrivà de la Sal (1473).