En Ibiza, la mar, los fondos marinos, el litoral rocoso y los sistemas de playas y dunas constituyen un patrimonio natural extremadamente valioso que debe conservarse. Este patrimonio representa además una fuente de riqueza imprescindible para a unas islas turísticas como las nuestras.
Al sumergirnos por primera vez en aguas de las Pitiusas, nos llama poderosamente la atención su nitidez. Parece que volamos, ingrávidos, sobre las praderas de posidonia, un alga que no es tal, si no una planta superior, con raíces y flores, endémica del Mediterráneo, y de una excepcional importancia ecológica.
Sus tallos dan cobijo a un gran número de seres: aquí viven peces como la vaca; la dorada; la voraz lubina; la salpa o salema, de reflejos dorados, que se alimenta de las hojas de la posidonia en grupos de hasta centenares de individuos, auténticos rebaños submarinos: erizos; sepias, y, con un poco de suerte, encontraremos a la nacra, enorme molusco que aquí tiene su escondrijo.
Los fondos rocosos son los hábitats submarinos que ofrecen un mayor esplendor y diversidad, dotando a la fauna de refugio y alimento. Este es el lugar donde vive el mero, pez de gran tamaño y buen carácter; las escórporas, de venenosas espinas, maestras del camuflaje; los pulpos, animales muy curiosos e inteligentes; los congrios, etc., seres todos ellos habitantes de cuevas y escondrijos. Aquí veremos también numerosos invertebrados: bígaros, glandes de mar, cangrejos, estrellas, etc.
+ INFO: www.laestrellademar.com
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