PACO ATRIUM: “Eivissa debe ser una rueda en la que todos giramos”
¿Cómo fue tu llegada a Ibiza?
Fue una atracción mágica, antes estuve en muchas partes. Nací en Badajoz pero enseguida estuve en Barcelona. Después decidí irme a Alemania. Allí fue un inmigrante más, porque así lo decidí. Europa tenía fronteras y decir Alemania ahora tal vez no sabe a mucho, pero fue dura la experiencia. Vine a Eivissa y a las dos semanas se dio la posibilidad de abrir un bar.
¿Puede ser el bar un pretexto para quedarse?
No, me enamoré de la isla, el bar era parte de todo, y además me permitía seguir explorando la actuación, el espectáculo, es lo que más me interesaba. El bar fue el nexo porque venía gente de la farándula. Fui el primero en contratar a un transformista en la isla, me daba cuenta que había que hacer frente a la crudeza y a la soledad del invierno.
¿Llegaron a plantearse la creación de algún movimiento cultural?
No lo sé, todo fue redondo, de las presentaciones de monólogos, bailes, actuaciones en el bar fuimos a otros bares que nos llamaban, a otros barrios, nos involucramos en las fiestas y llegamos a formar parte de un grupo de teatro. Asumimos la actuación como una carrera profesional, pero fue lamentable que este intento no prosperara, porque la mayoría de actores dependíamos de las subvenciones y éstas se cortaron.
¿Quieres decir que se practicaba un arte subvencionado?
No había otra forma, la isla de hace una década no era lo que hoy es, especialmente en los inviernos. Ahora hay mejores condiciones para que florezcan inquietudes culturales, porque nos estamos nutriendo de muchas vertientes, de mucha gente diferente y que ha cambiado las costumbres. Ahora se pueden plantear acciones independientes y creativas, no sólo por la presencia de artistas sino de un público nuevo, y con muchas inquietudes. Pero aún así se hace necesario que los artistas recibamos mayor interés de parte de quienes ejercen la política cultural.
Paco Atrium es uno de los mejores referentes del espectáculo en la isla
Lo que soy me lo he ganado, vuelvo al tema de las subvenciones de la política cultural oficial: yo y un grupo de artistas nos cansamos de luchas tormentosas y tontas y optamos por seguir haciendo lo que nos gusta, pero de manera privada, fue difícil pero ahora, cualquier persona tiene que mirar su futuro en medio de un criterio casi empresarial. Yo he ganado mucho espacio escénico en la isla pero he regresado a la gestión en la hostelería.
¿Eres feliz en la isla?
Muy feliz. Yo, mi pareja y mi perrita, a la que adoramos somos una familia feliz, y lo somos en la isla y fuera de ella. Pero el lugar en el que realmente encontramos la paz es una isla con mar azul y con nuestros móviles desconectados. Esa isla no es una fantasía, es Formentera.
¿Podrías señalar una cosa buena y una mala de la actual Ibiza?
Sí. La buena podría ser la multiculturalidad. En los últimos años tengo la idea de realizar proyectos culturales con toda esta nueva gente. Lo bueno de la isla es que a diferencia de otras ciudades aquí hay pocos guetos. Todos nos relacionamos, cosa que no pasa en Madrid, que hay gente de todas partes, pero cada uno va por su lado. Lo malo, la suciedad, la falta de voluntad en mejorar la imagen, la despreocupación de la administración en mejorar este espacio en el que convivimos. Por ejemplo, el transporte público es fatal y se paga tanto dinero para nada, los espacios de arte, teatros, salas de exposición… ¡Que lamentable es no contar con espacios de música en vivo! El arte tiene poco interés y no me creo que sea falta de recursos porque dinero si ha ingresado.
¿Nuevos proyectos?
Invierto mucho tiempo en mantener el restaurante artístico y ofrecer a la gente lo que quiere tener. Por ejemplo, la riqueza culinaria es algo muy presente en la oferta que brindamos. No es casual que los dirigentes de las casas regionales y de extranjeros escojan este lugar para sus celebraciones. Junto a la gastronomía está la propuesta artística y es fácil encontrar en el medio a artistas de todo el mundo. Ahora hemos contactado con tour operadores de Francia, Italia y el Reino Unido para conseguir que durante el invierno tengamos asegurada nuestra agenda. Al extranjero le doy lo que yo hubiera querido que me diesen a mí.
¿Cuál es la imagen de la rueda?
Es muy simple, la llamada crisis influye en todos, pero somos nosotros los que debemos decidir. Ibiza es una rueda y todos estamos subidos en ella, de manera que si hoy voy a tu casa, esa acción mía te hace fuerte para que puedas venir a la mía. Si esto se aplica entonces sentiremos menos la crisis.
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