La otra noche paseando por el puerto vimos un barco de un amarillo rabioso con grandes letras en cirílico y sospecho que ya tengo billete, sólo de ida. Sin embargo y como último favor le pedí que me dejara escribir esta última crónica, al menos de momento, mientras él espera en un canto del piano con la mirada fija en las teclas inmóviles.

Después de un jueves meteórico, como casi todos, últimamente de correr a la búsqueda de la voz aterciopelada de Rafa Peletey en el Villa Mercedes y pasarme por Cala Pada a escuchar a los Ibiza Jazz Master, me despierto el viernes con movimientos ralentizados.

Parece que últimamente son muchos los que se van, al menos de momento como yo, a explorar otras geografías. En este caso el queridísimo, admiradísimo y respetado pianista y saxofonista Rafa Garcés encauza sus pasos hacia otros territorios y por las noches del Pereyra se nos parte el alma… Por eso los ritmos de Blues que cada día nos han acompañado durante dos fabulosas semanas parecen la mejor banda sonora para enmarcar su triste despedida.

Es sábado y por primera vez en meses Pilar la de Itaka no está tras la barra por motivos profesionales y la desubicación nos sobrecoge. Menos mal que Javier estará al piano y la voz y seguro que acompañado por todos los músicos que acuden fieles a su visita semanal.

El domingo me levanto con un sentimiento de varias derrotas sucesivas agarrotadas sobre mi nuca y paso por el Pereyra que aún no abre los domingos por culpa de este tiempo que impide a los turistas atracar en las playas de la diosa Tanit, y en la saudade por la falta del amigo Rafa Garcés, el alma que se nos acababa de rompen la noche anterior con la partida de semejante ‘musicazo’ no encuentra lugar en el que recomponerse.

Sin embargo, esa misma noche llega Pilar a Itaka, ¡qué paradoja! Y esperamos que Rafa, llenito de aché, encuentre la suya con quien mejor "le sepa echar cuenta".

Lunes de capa caída, tenemos una novedad deliciosa para los oídos, aunque el adjetivo gustativo se sienta incómodo en un contexto acústico, Nalaya Brown, la cantante de Soul de la cual todo el mundo comenta que es una diosa de la voz, parece que comienza su temporada veraniega en el Pereyra. Por lo que tengo oído el talento de esa cantante es indiscutible.

Martes de sol, espero, no paro de mirar el reloj para volver a escucharla y de paso iré al Kronos a ver a Reco Bastos y Groove Brasil para ver su espectáculo "Alma Brasileña" con una muestra de folklore brasileño del que dio buena cuenta el programa de Islademúsica en www.tvclick.tv esta misma semana.

El miércoles no sé ni por dónde empezar: del Ke Kafé en el que está Víctor Gressely al piano paso al Kronos a ver a Nati y su Natband y de ahí al Pereyra y de allá al Itaka y… ¡llegamos al jueves! sin respiración ni sueño suficiente.

¡Voy a cenar tranquila en el Kronos! Y ver a Rafa Peletey que como siempre es un placer y de paso cierro la semana musical de forma circular.

Por Nela Escribano, “la melómana errante”.