100 AÑOS DE MALDICIÓN
Tras la apertura oficial de la cámara sepulcral de Tutankamón, Lord Carnarvon se siente agotado y decide pasar unos días de descanso en Asuán. El 19 de marzo se despertó con fiebre que atribuyó a una infección causada por una picadura de mosquito que se cortó al afeitarse. Empeora hasta el punto de que tienen que trasladarlo a El Cairo, donde murió en una habitación del Hotel Continental-Savoy el 5 de abril de 1924.
El fallecimiento abrió la puerta a la historia de la maldición de Tutankamón, todo un filón para la prensa sensacionalista, aunque el eminente egiptólogo Howard Carter no reseñó nada al respecto en su diario.
Lord Carnarvon
George Edward Stanhope Molyneux Herbert y había nacido en Hampshire (Inglaterra) en 1866. De familia noble, hijo de un político conservador llamado Henry Herbert, conde de Carnarvon, razón por la cual el recién nacido recibió inmediatamente el título de Lord Porchester. Dejó su residencia, el fastuoso Castillo de Highclere (inmortalizado en la serie televisiva Downtown Abbey), para estudiar en los prestigiosos colegios de Eton y Trinity, en Cambridge, sucediendo a su padre como titular del condado en 1890.
Estudió en el Eton y en el Trinity College de Cambridge y empezó a excavar en Tebas como aficionado en 1906, pero pronto necesitó la asesoría de un experto. Con la ayuda de Carter, publicaron en 1912 Five Years’ Exploration at Thebes, que documentaba el descubrimiento de distintas tumbas de la XII y la XVIII dinastías egipcias.
Tras un parón por la Primera Guerra Mundial, Lord Carnarvon y Carter retomaron sus investigaciones y el 4 de noviembre de 1922 hallaron la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes. Era la única que no había sido saqueada, y contenía intacto el suntuoso ajuar funerario y los sarcófagos con la momia del rey, constituyendo su descubrimiento uno de los más valiosos de la historia de la egiptología, pese a corresponder a un faraón menor. En febrero de 1923 se franqueó la cámara sepulcral y el sarcófago se descubrió el 3 de enero de 1924.
La maldición
El fallecimiento de Lord Carnarvon y el de otras personas allegadas al descubrimiento en los años siguientes dio origen a una serie de especulaciones y teorías sobre una supuesta «maldición de Tutankamón», según las cuales aquéllos que habían intervenido en la profanación de la tumba hallarían tarde o temprano la muerte como castigo por su sacrilegio.
Por Medea O. Nodine
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